15 minutos diarios de juegos en familia pueden hacer una diferencia importante en el desarrollo de los niños.

Los especialistas en educación coinciden en que una de las problemáticas en niñas y niños más pequeños son sus quejas sobre la falta de tiempo de sus padres para jugar. Los padres confirman que no tienen tiempo y no pueden jugar con sus hijos.
Por lo tanto, lo más recomendable es emplear 15 minutos de juego diario en familia, algo a lo que llaman “tiempo especial”. Poco a poco se notaran mejoras en términos de humor, que reducen el número de berrinches, mejoran la autoestima y la satisfacción.
Jugar debe ser tan obligatorio como cepillarse los dientes, enfatizando que a través del juego es posible transmitir un conjunto de lecciones y oportunidades de aprendizaje a los niños. Además de considerar muy seriamente que los padres tienden a ser los compañeros de juego favoritos de sus hijos.

Es momento en que los padres eliminen ese “mito” de que se necesita mucho tiempo para jugar. Si hay tiempo de sobra sería excelente, pero 15 minutos diarios de calidad, en los que los padres estén realmente centrados en sus hijos, pueden ser suficientes para transmitir oportunidades importantes a los niños. Este es un “tiempo razonable, un punto de referencia que realmente puede marcar diferencia, si se les da la relevancia que merecen, independiente de la cena, el correo electrónico, las tareas domésticas o los deberes de la escuela.

Otro punto importante es darles a los niños espacio y tiempo. Jugar implica ensuciarse, desordenar, hacer ruido. Todo esto hace que los juegos sean muy enriquecedores. En la actualidad pareciera que los niños juegan cada vez menos al aire libre, hay “analfabetismo para jugar”, y es muy notable la negativa perdida del contacto con la naturaleza como trepar a los árboles, jugar con el agua, crear historias en diferentes escenarios.

Este espacio es para ofrecerte sugerencias de actividades aplicables hasta la adolescencia temprana. Sin embargo, a partir de ahí, los 15 minutos siguen siendo importantes, pero la forma de interacción no será tanto a través de los mismos juegos que antes”. Después de los 12 o 13 años, se pueden disfrutar minutos especiales, por ejemplo, con juegos de mesa, carreras, deportes, paseos en bicicleta o incluso cocinando algo juntos.